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APOYO 2022

Empiezo el año nuevo con vida nueva dando y recibiendo apoyo. Este sustantivo masculino tiene un peso enorme si pensamos cómo entregarlo a otros y cómo agradecerlo. Hay muchos tipos de apoyos: el incondicional en familia, o el incondicional entre países o partidos aliados; el sostén cimiento de una construcción arquitectónica, una viga, una columna, un puntal, hasta un andamio; el aporte moral a una persona o causa; la protección, auxilio o favor en sociedad; el sustento económico o financiero, dícese manutención; la columna vertebral de una sociedad; el poste que nos da electricidad; una horquilla en el cabello; un clavo como refuerzo en una pared; el patrocinio, el aval; el soporte médico.  Uno más, éste me hace feliz, el amparo al entrar a un hogar.

Hemos vivido situaciones muy incómodas, difíciles como sociedad, familia o entorno. Tú bien sabes de qué te hablo. Sin ese apoyo no saldríamos adelante los que aquí estamos todavía. Hay veces que tenemos que tomar la iniciativa porque las personas a nuestro alrededor en ocasiones no pueden pedirlo.  Por eso es vital apoyar sin juzgar y también consolar dando aliento o escuchando. Si es apoyo moral lo que se necesita, entonces hay que darlo aportando valor emocional o psicológico.

El año pasado lo terminé recibiendo apoyo con muchas muestras de cariño. Un “aquí estoy”, ‘“nos vemos pronto”, “¿cómo has estado?”, “¿necesitas algo?”, “te hago entrega”, “te quiero”, “me haces falta”, “no te olvido”, “te envío bendiciones”, “recupérate pronto” y las que tu quieras añadir.  Ahora yo te diré lo mismo y seré tu pilar, puntal o columna y si se puede tu andamio. Te prometo que tomaré la iniciativa para que antes de que lo pidas ahí gravitaré.

Sabes, hay veces que una confirmación es sinónimo de apoyo. Es un favor apalabrado casi silencioso. La mirada me lo dice todo. ¿O no? Sí que sí, lo es. Se da mucho entre padres e hijos, entre hermanos, tíos, primos o sobrinos, nietos y abuelos; entre los grandes amigos. Es un estímulo para no sentirnos abandonados o rechazados sino amparados y consolados. Yo por ti y tú por mí. Somos aliados como una palomilla, ¿te acuerdas de esa palabra? Yo todavía tengo la mía desde muy pequeña.

Las semanas irán pasando y los roles irán cambiando. Nos iremos sosteniendo en otros recibiendo su patrocinio y bendición. Abogaremos por causas nobles; daremos un cimiento para otros. Seremos horquillas de cabello o repisas en las paredes. Animaremos y protegeremos a los peques, a los adultos mayores. Nos reclinaremos o respaldaremos. Iremos sujetando o sujetándonos siempre reafirmando sentimientos.

Te deseo este año mucha salud; si no la tienes, anhelo que no haya dolor. Te corroboro mi apoyo moral con lo mejor que te pueda ofrecer. Y ya desde hoy te agradezco infinitamente que me tengas presente en tus reflexiones diarias. ¡Brindo con esperanza por ti y los tuyos!